jueves, 16 de abril de 2020

La oveja negra, de Augusto Monterroso


La oveja negra

En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
Augusto Monterroso

miércoles, 15 de abril de 2020

La belleza, de Luis Eduardo Aute

LA BELLEZA
Luis Eduardo Aute

Enemigo de la guerra
Y su reverso, la medalla,
No propuse otra batalla
Que librar al corazón
De ponerse cuerpo a tierra
Bajo el peso de una historia
Que iba a alzar hasta la gloria
El poder de la razón.
Y ahora que ya no hay trincheras
El combate es la escalera
Y el que trepe a lo más alto
Pondrá a salvo su cabeza
Aunque se hunda en el asfalto
La belleza.
Míralos como reptiles,
Al acecho de la presa,
Negociando en cada mesa
Maquillajes de ocasión;
Siguen todos los railes
Que conduzcan a la cumbre
Locos, porque nos deslumbre
Su parásita ambición.
Antes iban de profetas
Y ahora el éxito es su meta;
Mercaderes, traficantes,
Más que nausea dan tristeza,
No rozaron ni un instante
La belleza.
Y me hablaron de futuros
Fraternales, solidarios,
Donde todo lo falsario
Acabaría en el pilón.
Y ahora que se cae el muro
Ya no somos tan iguales
Tanto tienes, tanto vales
¡viva la revolución!
Reivindico el espejismo
De intentar ser uno mismo,
Ese viaje hacia la nada
Que consiste en la certeza
De encontrar en tu mirada
La belleza.


martes, 14 de abril de 2020

No pasarán, de Octavio Paz

NO PASARÁN
Octavio Paz


Como pájaros ciegos, prisioneros,
como temblantes alas detenidas
o cánticos sujetos,
suben amargamente
hasta la luz aguda de los ojos
y el desgarrado gesto de la boca,
los latidos febriles de la sangre,
petrificada ya, e irrevocable:
No pasarán.

Como la seca espera de un revólver
o el silencio que precede a los partos
escuchamos el grito;
habita en las entrañas,
se detiene en el pulso,
asciende de las venas a los labios:
No pasarán.

No pasarán.
¡Cómo llena ese grito todo el aire
y lo vuelve una eléctrica muralla!
Detened al terror y a las mazmorras,
para que crezca, joven, en España,
la vida verdadera,
la sangre jubilosa,
la ternura feraz del mundo libre.
¡Detened a la muerte, camaradas!

Por qué "No pasarán"?